A continuación, algo que se sale de la línea habitual de este blog, aunque todo quedará en casa, como enseguida comprobaréis. Se trata de una propuesta que recibí y que al principio rechacé aunque después, tras recapacitar, pensé que era buena idea a la par que divertida y valiente. Proviene de fuentes confiables y solventes —exclusivamente personas físicas con un interés común— y es parte de algo un poco —pero sólo un poco, por ahora— más ambicioso que, según el nivel de seguimiento que tenga la primera iniciativa, podrá o no cristalizar en una iniciativa interesante. Ha recaído en mí la labor de dar forma escrita a esa primera acción, y de publicitarla. Quizá lo más difícil sea esto, saber si el mensaje llegará a todo aquel que pudiera estar interesado; haré lo que pueda y, además, encenderé una vela al dios de la viralidad.
Se trata, en resumen, de reconocer la labor de lectura de los, valga la redundancia, lectores. El trabajo de quienes, parafraseando el texto de la convocatoria, están al otro lado, ajenos a la trastienda de prestigio y negocio que preside la industria de la creación. El premio parece una fruslería pero, a mi juicio, no lo es. Exceptuado, por motivos presupuestarios, el dinero, se barajaron diversas alternativas, desde el clásico lote de libros aleatorio en gustos hasta un ejemplar de novela de algún autor español dedicado; hubo más, pero todas (las serias) acababan en la palabra libro. Entonces alguien propuso la idea de una antología crítica a manos lectoras, consideraciones literarias nacidas de la pluma de ¿simples? lectores recopiladas en un volumen digital, y también físico bajo demanda. Si se editan varios textos, ¿no hay premio entonces? Sí, aunque en esta ocasión el homenaje lo recibe toda una colectividad, y por razones obvias sólo se antologarán los mejores trabajos de entre los recibidos.
No digo más. A continuación se muestran tanto los motivos de la convocatoria como sus bases y un archivo de ejemplo de lo que se pretende. Las posibles dudas se plantearán como comentarios a este post, y se resolverán, públicamente, de la misma forma.
Estimados lectores, amigos, hace tiempo que el embrutecimiento colectivo ha devenido vulgarización del término cliente. Aunque la necesidad capitalista de crear barreras entre productores y consumidores es secular, nunca las diferencias han sido tan enormes como ahora. Quien produce algo obtiene automáticamente una pátina estatuaria que, paradójicamente, sólo adquirirá cualidades sólidas una vez que la masa compradora ratifique con su dinero aquella fortuna prematuramente bendecida por ubicuas estrategias de marketing. Y sin embargo se es antes de haber vendido e incluso producido, por lo que la pre-fama ha llegado a ser casi un requisito para, a partir de ella, planear la invasión del mercado con casi cualquier cosa o idea.
Mientras que de un lado de la citada barrera tenemos, pues, proveedores materializados o en ciernes, dotados de nombre y apellidos reconocibles o difundidas marcas comerciales, al otro existe un inmenso y anónimo bosque de billetes arrugados, calderilla y tarjetas de crédito poseídos por, eso se piensa, una muchedumbre ansiosa por entregarlos a cambio de mercancías expedidas por manos de los dioses. Del lado de allá, personas aclamadas o vilipendiadas pero bautizadas; del lado de acá, un limbo indivisible e innominado cuya única función o razón de existir reside en su poder/querer comprar.
De todas formas, se nos dirá, no hay impedimento alguno para que cualquiera pueda situarse del lado del mostrador. De hecho, bastantes son los que ejercen ambos roles, vendiendo un producto y comprando muchos otros. Razón que llevan y nosotros se la reconocemos, puesto que no exponemos aquí una queja sino constatamos un mero orden de cosas que en nuestro terreno comunitario, lo literario, donde aun sin haber recompensa económica relevante de por medio el sistema de reconocimientos promueve una diferenciación, si cabe, mayor que en entornos prosaicos, raya la desconsideración.
Sí, decimos desconsideración para con el único cliente posible, el lector, quien, descontadas las collejas que merecería por ciertas veleidades gustativas que hoy no entraremos a considerar, sólo merece, por parte del lado iluminado del binomio compravendedor, honores y menciones como muesca propagandística acumulada en reimpresiones. Muy mal.
Somos diariamente bombardeados con un alud de convocatorias a la creación dotadas económicamente, pero ninguna al consumo. Vapuleados por la andanada de mediocridad artística imperante, vemos cómo parte de nuestros impuestos va a parar a bolsillos de poetastros, escritorzuelos y demás ralea creativa en forma de premios, accésits y, no por indotadas menos disputadas, menciones honoríficas. Incluso el aparato crítico, en realidad ingenio excretor de abrazos y tortas según soplen los vientos de la amistad o reclame una oscura contabilidad de favores, es digno de atenciones consistentes en envíos gratuitos de material de lectura, invitaciones a congresos, charlas, eventos gastronómicos y, en ocasiones, hasta galardones por su labor en aras del enriquecimiento de la cultura. Y sin olvidar que editores, libreros e incluso agentes y demás operadores periféricos del negocio literario también reciben, día sí y noche también, su correspondiente cuota de gratitud por algo que al fin y al cabo hacen por vulgar dinero. Y al lector, figurante olvidado en una comedia humorística de proporciones rabelesianas, que le vayan dando. Casi nunca es siquiera merecedor de encabezamientos como el que nosotros hemos tecleado al inicio de esta convocatoria del Primer Premio Internacional de Lectura Literaria.
Pretendemos, pues, paliar esa falta de reconocimiento, y para ello creamos esta figura retributiva, cargada de simbolismo pero también de practicidad.
1. Pueden concurrir al premio las consideraciones escritas de cualquier clase y condición acerca de una novela, ensayo, poema, cuento o microrrelato, autor e incluso grupo de autores. Se admitirán tanto críticas como reseñas, recensiones o textos misceláneos. Aunque la denominación del premio incluya el adjetivo “literario”, no regirán distinciones de género ni prejuicios acerca de la calidad de las obras o autores en que se basen los trabajos, dejando a elección de los concursantes la tónica elegida para aquéllos, que podrá ser laudatoria, ejecutoria, intimidatoria, tibia, diletante, artística, periodística, poética, declamatoria, patética e incluso académica.
2. Los trabajos, de extensión mínima libre y máxima de 600 palabras, podrán presentarse en formato compatible con las aplicaciones Writer de OpenOffice o Word de Microsoft Office. Podrán concursar las obras escritas en cualquiera de los idiomas oficiales, cooficiales y oficiosos de los territorios español y latinoamericano, incluido el castellano. Dada la internacionalidad de la convocatoria, se aceptarán, además, las obras redactadas en portugués, francés o inglés. Los trabajos se enviarán como fichero adjunto a la dirección electrónica premiodelectura@gmail.com, escribiendo en el asunto del mensaje “Primer Premio Internacional de Lectura Literaria”. Aunque no es necesario que las obras hayan sido creadas ex profeso para esta convocatoria, no se aceptarán actitudes de plagio crítico o perífrasis manifiesta.
3. Los trabajos podrán presentarse hasta el final del día 31 de octubre de 2011, lo que equivale a decir las 00:00, hora de Madrid, del Día de Todos los Santos. Sólo se aceptará un trabajo por concursante. No se especificarán datos personales en el mensaje.
4. La dotación del premio, al contrario que el tópico dinero habitual entre la voraz grey creadora, crítica o comerciante, consistirá en la inclusión de los textos seleccionados en una antología crítica editada para la ocasión. La obra será ofrecida, gratuitamente, en formato digital, y, bajo demanda, en formato físico con el único coste de su impresión y envío. Es decir, la edición no generará beneficio económico alguno para autores ni para editores.
5. El jurado estará compuesto por el jefe de redacción de una conocida publicación literaria, un crítico literario y un escritor prolífico en obras ajenas que son, por encima de todo, lectores profesos y confesos. Las obras que se incluirán en la antología serán elegidas de entre un grupo previamente seleccionado por sus especiales cualidades. La organización hará pública la lista durante el mes de noviembre de 2011 y se pondrá en contacto, por mail, con los lectores/autores, a fin de completar los datos biográficos necesarios para la publicación.
6. Si, a juicio del jurado, el número de trabajos con calidad no supera una cantidad mínima, la edición digital se realizará con los que sí la alcancen, y se desistirá de la edición física bajo demanda.
7. La organización no mantendrá correspondencia más que con los autores/lectores seleccionados, y los restantes trabajos, una vez hecho público el fallo, serán destruidos y la cuenta de correo utilizada para la convocatoria se cancelará.
8. La participación en esta convocatoria supone la aceptación de sus bases, cuya interpretación, o de cualquier aspecto no especificado en ellas, corresponde al jurado. Cualquiera duda será resuelta, públicamente y durante el período de admisión de trabajos, como comentario a este anuncio.
Se trata, en resumen, de reconocer la labor de lectura de los, valga la redundancia, lectores. El trabajo de quienes, parafraseando el texto de la convocatoria, están al otro lado, ajenos a la trastienda de prestigio y negocio que preside la industria de la creación. El premio parece una fruslería pero, a mi juicio, no lo es. Exceptuado, por motivos presupuestarios, el dinero, se barajaron diversas alternativas, desde el clásico lote de libros aleatorio en gustos hasta un ejemplar de novela de algún autor español dedicado; hubo más, pero todas (las serias) acababan en la palabra libro. Entonces alguien propuso la idea de una antología crítica a manos lectoras, consideraciones literarias nacidas de la pluma de ¿simples? lectores recopiladas en un volumen digital, y también físico bajo demanda. Si se editan varios textos, ¿no hay premio entonces? Sí, aunque en esta ocasión el homenaje lo recibe toda una colectividad, y por razones obvias sólo se antologarán los mejores trabajos de entre los recibidos.
No digo más. A continuación se muestran tanto los motivos de la convocatoria como sus bases y un archivo de ejemplo de lo que se pretende. Las posibles dudas se plantearán como comentarios a este post, y se resolverán, públicamente, de la misma forma.
CONVOCATORIA
DEL PRIMER PREMIO INTERNACIONAL DE LECTURA LITERARIA
Estimados lectores, amigos, hace tiempo que el embrutecimiento colectivo ha devenido vulgarización del término cliente. Aunque la necesidad capitalista de crear barreras entre productores y consumidores es secular, nunca las diferencias han sido tan enormes como ahora. Quien produce algo obtiene automáticamente una pátina estatuaria que, paradójicamente, sólo adquirirá cualidades sólidas una vez que la masa compradora ratifique con su dinero aquella fortuna prematuramente bendecida por ubicuas estrategias de marketing. Y sin embargo se es antes de haber vendido e incluso producido, por lo que la pre-fama ha llegado a ser casi un requisito para, a partir de ella, planear la invasión del mercado con casi cualquier cosa o idea.
Mientras que de un lado de la citada barrera tenemos, pues, proveedores materializados o en ciernes, dotados de nombre y apellidos reconocibles o difundidas marcas comerciales, al otro existe un inmenso y anónimo bosque de billetes arrugados, calderilla y tarjetas de crédito poseídos por, eso se piensa, una muchedumbre ansiosa por entregarlos a cambio de mercancías expedidas por manos de los dioses. Del lado de allá, personas aclamadas o vilipendiadas pero bautizadas; del lado de acá, un limbo indivisible e innominado cuya única función o razón de existir reside en su poder/querer comprar.
De todas formas, se nos dirá, no hay impedimento alguno para que cualquiera pueda situarse del lado del mostrador. De hecho, bastantes son los que ejercen ambos roles, vendiendo un producto y comprando muchos otros. Razón que llevan y nosotros se la reconocemos, puesto que no exponemos aquí una queja sino constatamos un mero orden de cosas que en nuestro terreno comunitario, lo literario, donde aun sin haber recompensa económica relevante de por medio el sistema de reconocimientos promueve una diferenciación, si cabe, mayor que en entornos prosaicos, raya la desconsideración.
Sí, decimos desconsideración para con el único cliente posible, el lector, quien, descontadas las collejas que merecería por ciertas veleidades gustativas que hoy no entraremos a considerar, sólo merece, por parte del lado iluminado del binomio compravendedor, honores y menciones como muesca propagandística acumulada en reimpresiones. Muy mal.
Somos diariamente bombardeados con un alud de convocatorias a la creación dotadas económicamente, pero ninguna al consumo. Vapuleados por la andanada de mediocridad artística imperante, vemos cómo parte de nuestros impuestos va a parar a bolsillos de poetastros, escritorzuelos y demás ralea creativa en forma de premios, accésits y, no por indotadas menos disputadas, menciones honoríficas. Incluso el aparato crítico, en realidad ingenio excretor de abrazos y tortas según soplen los vientos de la amistad o reclame una oscura contabilidad de favores, es digno de atenciones consistentes en envíos gratuitos de material de lectura, invitaciones a congresos, charlas, eventos gastronómicos y, en ocasiones, hasta galardones por su labor en aras del enriquecimiento de la cultura. Y sin olvidar que editores, libreros e incluso agentes y demás operadores periféricos del negocio literario también reciben, día sí y noche también, su correspondiente cuota de gratitud por algo que al fin y al cabo hacen por vulgar dinero. Y al lector, figurante olvidado en una comedia humorística de proporciones rabelesianas, que le vayan dando. Casi nunca es siquiera merecedor de encabezamientos como el que nosotros hemos tecleado al inicio de esta convocatoria del Primer Premio Internacional de Lectura Literaria.
Pretendemos, pues, paliar esa falta de reconocimiento, y para ello creamos esta figura retributiva, cargada de simbolismo pero también de practicidad.
BASES
DEL PRIMER PREMIO INTERNACIONAL DE LECTURA LITERARIA
1. Pueden concurrir al premio las consideraciones escritas de cualquier clase y condición acerca de una novela, ensayo, poema, cuento o microrrelato, autor e incluso grupo de autores. Se admitirán tanto críticas como reseñas, recensiones o textos misceláneos. Aunque la denominación del premio incluya el adjetivo “literario”, no regirán distinciones de género ni prejuicios acerca de la calidad de las obras o autores en que se basen los trabajos, dejando a elección de los concursantes la tónica elegida para aquéllos, que podrá ser laudatoria, ejecutoria, intimidatoria, tibia, diletante, artística, periodística, poética, declamatoria, patética e incluso académica.
2. Los trabajos, de extensión mínima libre y máxima de 600 palabras, podrán presentarse en formato compatible con las aplicaciones Writer de OpenOffice o Word de Microsoft Office. Podrán concursar las obras escritas en cualquiera de los idiomas oficiales, cooficiales y oficiosos de los territorios español y latinoamericano, incluido el castellano. Dada la internacionalidad de la convocatoria, se aceptarán, además, las obras redactadas en portugués, francés o inglés. Los trabajos se enviarán como fichero adjunto a la dirección electrónica premiodelectura@gmail.com, escribiendo en el asunto del mensaje “Primer Premio Internacional de Lectura Literaria”. Aunque no es necesario que las obras hayan sido creadas ex profeso para esta convocatoria, no se aceptarán actitudes de plagio crítico o perífrasis manifiesta.
3. Los trabajos podrán presentarse hasta el final del día 31 de octubre de 2011, lo que equivale a decir las 00:00, hora de Madrid, del Día de Todos los Santos. Sólo se aceptará un trabajo por concursante. No se especificarán datos personales en el mensaje.
4. La dotación del premio, al contrario que el tópico dinero habitual entre la voraz grey creadora, crítica o comerciante, consistirá en la inclusión de los textos seleccionados en una antología crítica editada para la ocasión. La obra será ofrecida, gratuitamente, en formato digital, y, bajo demanda, en formato físico con el único coste de su impresión y envío. Es decir, la edición no generará beneficio económico alguno para autores ni para editores.
5. El jurado estará compuesto por el jefe de redacción de una conocida publicación literaria, un crítico literario y un escritor prolífico en obras ajenas que son, por encima de todo, lectores profesos y confesos. Las obras que se incluirán en la antología serán elegidas de entre un grupo previamente seleccionado por sus especiales cualidades. La organización hará pública la lista durante el mes de noviembre de 2011 y se pondrá en contacto, por mail, con los lectores/autores, a fin de completar los datos biográficos necesarios para la publicación.
6. Si, a juicio del jurado, el número de trabajos con calidad no supera una cantidad mínima, la edición digital se realizará con los que sí la alcancen, y se desistirá de la edición física bajo demanda.
7. La organización no mantendrá correspondencia más que con los autores/lectores seleccionados, y los restantes trabajos, una vez hecho público el fallo, serán destruidos y la cuenta de correo utilizada para la convocatoria se cancelará.
8. La participación en esta convocatoria supone la aceptación de sus bases, cuya interpretación, o de cualquier aspecto no especificado en ellas, corresponde al jurado. Cualquiera duda será resuelta, públicamente y durante el período de admisión de trabajos, como comentario a este anuncio.
14 comentarios:
Aunque parezca pronto, ya se están recibiendo los primeros trabajos.
Me parece una buena iniciativa. Suerte a los tres.
Después de los primeros párrafos del artículo no sé por qué recordé Vacío Perfecto y Magnitud Imaginaria =)
Un abrazo (te debo una réplica sobre lo de Alvear)
Gracias, Pilar.
Un abrazo, Lis (si te recuerda a Lem, (en cuyas locuras me introdujiste tú, recuerda, malvado) será por algo).
Fantástica idea, sí señor.
Suerte!
Gracias, Carlos. La organización espera y desea que participes, y que hagas extensiva esta invitación a todos tus amigos y conocidos lectores.
Estupenda idea, José Luís, también los lectores necesitamos nuestro reconocimiento, espero ansiosa el resultado,
Un abrazo
Gracias, Julia. Aunque aún queda mucho para que finalice el plazo, los textos ya están llegando. Te digo lo mismo que a Carlos, puesto que además tú tienes un mayor contacto con un gran número de lectores: en la medida de tus posibilidades, hazles llegar la invitación, pues no se trata de algo baladí sino bien pensado y organizado (ya se han hecho eco Revista de Letras y QuéLeer, además de un buen número de profesionales de la crítica). Esto dará que hablar.
Un abrazo.
Puede que participe (espero estar a la altura). Para empezar, he hecho una entrada en mi blog para anunciarlo.
Si pudieras pasarte cuando puedas para mirar si la información que he puesto está bien, lo agradecería.
¡Saludos!
PD: Mi blog: http://esdeyle.blogspot.com/
No sé, no me atrevo, sólo transcribo idea. Lo miraré con pausa el lugar.
Estimados, me cuentan que siguen llegando los trabajos, y aunque no he leído ninguno por falta de tiempo, me aseguran que tienen gran calidad, lo que no hace sino confirmar la antigua sospecha de gran inteligencia lectora (oído al parche, editores).
Aún quedan 34 días y casi 14 horas para que termine el plazo de entrega, y nos gustaría que de revisar tanto envío quedáramos para el arrastre. No me queda otra, pues, que insistir en que os hagáis valer y participéis.
Saludos.
Amigos, queda un rato para que termine el plazo de presentación (recuerdo, hoy a las 00:00) y ya podemos decir que estamos muy satisfechos tanto del nivel de participación como de la calidad general de los trabajos enviados. Pero aún hay tiempo, ¡ánimo!
Fase de lectura y selección. Nos podremos en contacto con los seleccionados durante este mes de noviembre. A primeros de diciembre haremos público el documento con los trabajos seleccionados.
Saludos.
Finalizada la labor de selección y comunicado el resultado a los autores de los trabajos, esperamos una breve bio de cada uno de ellos para editar el documento definitivo de la antología.
Un largo camino y horas de lectura y de criba para llegar hasta aquí. Pero creo que ha valido la pena.
Publicar un comentario