El jueves pasado, por la tarde, al ir a modificar alguna tontería del diseño del blog, me encontré con que la edición en HTML no funcionaba. Puse en práctica, sin éxito, las consabidas estrategias: limpiar un par de registros, apagar y encender el portátil, cambiar de navegador. Entonces envié una especie de amable queja a Blogger. Durante las horas siguientes, los mensajes se multiplicaron, mostrando que el problema era generalizado.
27 feb 2011
24 feb 2011
El póquer del mentiroso
¿Tiene sentido marcharse de una empresa cuando estás ganando montones de dinero? ¿Cuando, además, el país, el mundo está sumido en una de las mayores crisis económicas de las últimas décadas? ¿Se trata de una estrategia de jugador de póquer? ¿Sabes algo que los demás desconocen? Michael Lewis, autor de El póquer del mentiroso, editado por Alienta (Grupo Planeta), hizo lo primero, desvincularse por decisión propia de quienes le pagaban un salario desproporcionado;
22 feb 2011
El efecto facebook
Quien se haya percatado del cambio tipográfico en los periódicos del Grupo Correo que levante el ratón. Sí, efectivamente, su fuente principal es ahora la de facebook. Pensarán que así les haremos más caso, que compraremos sus publicaciones, que al menos leeremos sus titulares por encima para de esta forma demostrar a sus anunciantes que siguen vivos. Dentro de poco también los libros se maquetarán con ese tipo de letra. Por ahora los títulos se anuncian incesantemente en los muros de autores y editoriales, y el de community manager en facebook —mucho menos en Twitter, por más que se empeñen— es, por muchas razones, el puesto de trabajo estrella del futuro inmediato.
20 feb 2011
No me gusta el negocio editorial (y dos libros)
Voy a contaros por qué no me gusta el negocio editorial aunque asumo que el papel del editor es casi indispensable. No me gusta porque hace de la literatura, que es arte, un negocio. Ya escucho voces: “¿Y qué hay de malo? Tenemos que comer”. Ya, pero el problema es que, en el 99% de las ocasiones, el entramado editorial hace de la literatura un mal negocio, sobre todo para los autores. Por contra, veo al editor como al ineludible coach de todo escritor, sea veterano o no. Como de su mano no ha salido el manuscrito, puede permitirse el lujo de ser crítico con él, siquiera al modo en que se es crítico con los actos de un hijo, con la ventaja de que el autor no es, en condiciones normales, hijo del editor, lo que facilita respuestas tales como: “No”. También es posible decir (imponer) “¿Y si modificaras esto o lo otro?”. En esas dos contestaciones tipo es donde veo la necesidad de editor. Uno que le escupa al otro un no rotundo a tiempo, o le proponga, en los casos en que sea factible (quiero decir que tengan remedio posible), los tijeretazos o subsanaciones que su talento y experiencia le dicten.
17 feb 2011
Gigolá
Todo turista que se precie habrá comido alguna vez fish and chips en el Mermaid Tail de Leicester Square. Ese mismo turista, seguramente acompañado, habrá pedido alguna variedad de pescado y otra de cerveza. Si es español, habrá llegado incluso más tarde de lo que lo hubiera hecho en España. Se habrá quejado de varios detalles sin importancia, se habrá bebido la primera jarra de cerveza antes de que le traigan el plato y, entretanto, habrá mirado por los ventanales. Pero también habrá mirado hacia el interior. En una ocasión vi a una pareja madura: ella, como dijera Vila-Matas, con un horroroso pelo de estropajo; él, casi calvo; ambos pobremente vestidos. Londres es cruel, París también. Al año siguiente vi otra pareja, esta vez femenina. Tomaban té en lugar de cerveza. Una era
14 feb 2011
The elusive Wow Factor
Llevar a cabo los diversos proyectos que me propuse hace algunas semanas me está costando más esfuerzo del que, ingenuamente, creí. A sus dificultades intrínsecas se le unió un repunte de actividad profesional que tiende a alejarme de la literatura y su campo de batalla, por lo que las horas y los días se volatilizan sin avances significativos que poder mostrar aquí. Lo que no quiere decir que no los haya. Respecto del anunciado en primer lugar, claramente contrario a las directrices de la Ley Sinde, una muestra de cómo hasta las cosas más reacias al cambio son doblegadas por nuestra voluntad es el rediseño estético y funcional de este blog, en el que he invertido una indecente cantidad de tiempo y esfuerzo, sin estar aún finalizado. Tampoco está varado el proyecto de difusión de una colección de estrategias para sobrevivir literariamente en el mundo digital, sino que este empeño avanza con lentitud sorteando los múltiples obstáculos que encuentra en su camino hacia la luz. Me consuela pensar que tal carrera acabará formando parte del texto, enriqueciéndolo.
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