20 ago 2010

Inception (Origen): de lo que no se habla

Entremos un momento al cine. Esta película, Inception, me llamó la atención al ver una entrevista que les hicieron en julio a Leonardo DiCaprio (Dom Cobb) y Marion Cotillard (Mal) en TF1, estando yo en Francia. En ella intercalaron diversas escenas, espectaculares tanto por los efectos como por no saber de qué se estaba hablando en realidad. Pues ni las preguntas ni las respuestas desvelaban parte alguna de la trama.

Después, Vicente Luis Mora se emocionó al verla. Luego, Juan Francisco Ferré la desmitificó un poco, pero VLM contraatacó con un post que era un gigantesco spoiler en sí. Algunos días más tarde fui a verla. Y ahora acabo de darme una vuelta por diversos lugares de plática cinéfila, algunos pseudoacadémicos, otros sesudoecuménicos, pero la mayoría amateur-cinéfilos. Entre unos y otros se puede uno hacer la idea de que, al menos en España, los espectadores se han quedado (se están quedando) a dos velas. Algo que era de esperar tras comprobar las caras a la salida del cine: detrás de nosotros el típico trío de nerds, y rodeando ese grupo de cinco (tres más dos) todo un enjambre de palomitas, huesitos y cocacolas maxi: los únicos ¡uy! que se escucharon al final de la película sólo provinieron de cinco bocas —oído que tiene uno—.

Valiente Nolan, trabajando en la idea durante quince años para recibir ahora esto. Pues ya la tímida traducción del acertado título inglés por Origen da una idea de qué esperaban los distribuidores nacionales: no Inception, más bien Incomprehension. Porque el espectador de a pie, irremisiblemente, se pierde. Mejor decir que no se halla desde el principio. Desde el origen.

Otro tipo de público (los lectores habituales de Borges, Ballard, Dick, Gibson, los fans de Matrix, los androides de Vader) se ha puesto a hacer conjeturas, o blogjeturas. Hablan de ropas (zapatos) diferentes de unos niños durante y al final de la película. Divagan sobre una peonza que no cae por sí sola en todo el desarrollo: siempre que se la tira, gira a no ser que reciba un empujón que rompa su movimiento dervichesco. Acerca de cuerdas desatadas por medio del arte del descuido del séptimo arte. Baila alrededor del transcurrir del tiempo en los sueños, y de la pertinencia narrativa de establecer una regla científica sobre su relación con el devenir, digamos, real o superficial. Asimismo, y para seguir demostrando sus capacidades perceptivas, se dedican a develar toda una retahíla de gags intelectuales que no ayudan en absoluto a comprender los fundamentos de seducción en que se basa la obra en sí. Pues si de algo puede hablarse en Inception es de narrativa seductora en estado puro.

A quien esté dudando en ir a verla porque tema perderse, le recomiendo leer antes el artículo de la Wikipedia en español. Los muy burros describen ahí todo el argumento y hasta destripan el final —si el final de una película no es bueno (es decir, feliz, para un amplio segmento poblacional; o abierto, para otro más pequeño pero aun así abundante), los espectadores renegarán de su totalidad, como si no importaran para nada los 89, 119 o 149 minutos anteriores (como no valorar El castillo por estar inconclusa) y sólo pagasen la entrada para que les mostraran sofismas narrativos falsamente ingeniosos—. Pero, después de ver la película, y de leer las wikis y otros artículos, no considero que la narración pierda atracción alguna por saber de qué va o cómo termina (es decir, el final ese tan deseado). Es más, creo que el saber con anterioridad podría relajar a más de uno/a y permitirle, por tanto, disfrutar de la verdadera valía de la película. (Sólo en el caso del espectador de thrillers, que busca lo que busca, aconsejaría que ni siquiera se tomara la molestia de comprar la entrada.)

Memento

La narrativa basal de Inception es, probablemente (se trata de una sospecha, no de una aseveración), una ósmosis del relato Las ruinas circulares de Borges. Pero también podría decirse que se complementa con ciertos excedentes de Saramago, con una novela de Tabucci, Sueños de sueños; y que además bebe de Pesadilla en Elm Street, e incluso de la metanarrativa perseguida por La playa, esa infumable cinta protagonizada por un DiCaprio mucho más joven.

Lo que podría ser calificado (y no analizado) como el pegamento sentimental de Inception es, a mi juicio, la mayor de sus virtudes. Lo que la sublima más allá de la mera idea de la especulación sobre la interacción multinivel dentro de los sueños. Pues hay en ella un pseudo(tecno)rromanticismo indudable: la historia de la pareja protagonista, ella aparentemente muerta y tan sólo presente en los sueños de Cobb (Dicaprio). Pero como los sueños son accesibles, dado el carácter mixto de ciencia ficción/especulación de la película, Mal (Cotillard) es ya no sólo visible, sino plenamente sensible, para los compañeros de sueños de aquél. Que comprueban cómo el grado de obsesión/amor de él por ella puede llegar a perjudicar fatalmente el prosaico objetivo de la misión común.

La fortaleza de esta comunión de Cobb con su esposa ha sido fraguada en un sueño compartido por ambos durante un tiempo onírico equivalente a cincuenta años. Período en el que construyeron (soñaron) un mundo en el que les gustaría vivir para siempre. Asombrosamente sin la compañía de sus hijos, que así son reducidos a mero apéndice natural de un amor que trasciende lo que normalmente entendemos como tal. La pareja perfecta de niños son la secreción formal, un subproducto, pero no el objetivo. Éste es en realidad la creación de un mundo arcádico, una utopía que se convierte en distópica para Cobb cuando su mujer se suicida a causa de la idea que él piensa ha introducido en la mente de su esposa con éxito: que cuando despierten lo harán a otra vida soñada y por lo tanto no real, haciendo necesaria una nueva muerte en éste para reaparecer en el verdadero mundo, y así dejar de soñar. La hipótesis en realidad no ha sido incepcionada en la mente de Mal, sino que es una realidad subyacente en Cobb que su subconsciente no se atreve a aceptar. Así, los hijos son otra prueba de que lo que Cobb cree realidad no es sino otro nivel de sueño, quizá el último. Pues aquéllos no existen más que en su mente. Fueron creados como proyección común de la pareja en el primer nivel de sueño a que accedieron juntos, y desde el que bajaron al siguiente, donde crearon la Arcadia. De ahí la escasa o nula atención que se les presta en la película, que no en la mente del protagonista. Es decir: Cobb está soñando, de principio a fin. Es su mujer, pues, quien lleva razón: deben suicidarse para de verdad poder despertar. De lo que se deduce que la idea de incepción, de originar un pensamiento virulento dentro de la mente de otro que al despertarse le obligue a hacer o dejar de hacer algo, resulta una falacia (al menos por esta vía de los sueños). Y para convencernos de todo ello, Nolan, que deposita poca confianza en la atención del espectador, introduce la serie de pistas a que me he referido con anterioridad (y que están siendo ampliamente desarrolladas en las blogjeturas).

Como decía, es la creación utópica realizada por la pareja, y su duración, lo que más impresiona y cohesiona la narración. Sin este contexto Inception sería una película de ciencia ficción/especulación más. Algo fantasioso y sin alma. Pero Nolan sabía que una idea ingeniosa necesita de un atractivo subliminal que la guíe. Y para eso introduce el artificio narrativo de la Creación por el hombre. Recurre al Génesis y al amor humano para sustentar su obra. De forma parecida se han hecho funcionar otras películas del género. Por ejemplo Inteligencia Artificial, por nombrar sólo una en la que el truco de los sentimientos del espectador hace soportable una trama que de otro modo estaría insoportablemente deshumanizada. De nuevo es el amor, en este caso el filial, del niño androide por su madre adoptiva, lo que da sentido al periplo narrativo.

Residuos

¿Cuánto no daríamos por poder estar de nuevo con nuestros queridos perdidos —sin que ello significara necesariamente que deban estar muertos—, aun en sueños alimentados con nuestros propios recuerdos? ¿Cuánto por poder estar en una playa desierta con quien verdaderamente amamos —y nuevamente sin exigir que ese amor fuera correspondido—, todo el tiempo que se nos antojara y sin las interferencias físicas de nuestros imperfectos cuerpos ni de la fastidiosa realidad?

La idea es incluso más atrayente que la posibilidad de visitar el futuro, o el pasado, cuantas veces queramos. Porque la construcción de esa realidad virtual dependería exclusivamente de nosotros, de nuestras actitudes y aptitudes. Y de nuestros más egoístas deseos. No estaría constreñida por el conocimiento de lo que pasó o el lamento de lo que pudo haber sido y no fue ni tampoco por el temor a lo que vendrá. Porque mediante el sueño seríamos capaces de ir probando todas las posibles bifurcaciones, quedándonos finalmente con aquella que más nos agradase, o construyendo (como Cobb y Mal) la que supiéramos para nosotros más sublime. Obviando así la realidad. Refugiándonos en nosotros mismos. Literalmente en nuestros sueños. El único inconveniente es que, como les pasó a ellos, cuando despertáramos —y cuántos desearían estar así para siempre; es decir, no despertar jamás— seríamos “unos viejos dentro de unos cuerpos jóvenes”. Claro, pero ¿para qué vivir más, si para entonces ya habríamos vivido todos nuestros sueños?

13 comentarios:

Demente dijo...

No lo entiendo!! Mi pareja y yo la vimos y nos pareció redonda, no tuvimos ni la más mínima duda de toda la trama, te lo aseguro, no lo digo por hacerme el interesante, el intelectual ni nada por el estilo. Por ejemplo, con Memento sí que tuve problemas, pero mi pareja era la segunda vez que la veía y me señaló detalles en los que no me había fijado que dejaban todo claro. ¡¡¡Pero Origen está muy bien expresada!! ¡¡¡no lo entiendo!!! En serio, por favor ¿qué duda hay?

Zeta Ibarzo.

José Luis Amores dijo...

Hola, Zeta. Problema en sí no hay con la película. Sino más bien con su interpretación. Que en la mayoría de casos se limita a buscar referencias en otras obras, fílmicas y literarias, y a explicar por qué Cobb está soñando basándose simplemente en las pistas evidentes que Nolan va dejando en toda la película. Creo que la labor más interesante es analizar el poder de atracción de la obra, su porqué. Y eso es lo que pretendí hacer. Buscar la causa (el Origen) de esa seducción. No sé si lo logré, pero ahí está el intento.
Para enfocarlo mejor, voy a citar a un catedrático de Estética de la Universidad de Salamanca, sobre Matrix: “Descartes, para explicar las causas del error humano, planteó la hipótesis de un ‘Genio Maligno’ que nos hiciera ver lo que no hay y, viceversa, que nos ocultara la realidad. La hipótesis es desechada en Descartes. En la película no. Lo interesante es que (…) la ontología paranoide cartesiana se convierte en una ontología psicótica en Matrix.” José Luis Molinuevo, Humanismo y Nuevas Tecnologías, Alianza Editorial, 2004.
Este tipo de análisis de una película es el verdaderamente interesante. El que busca el origen de la fascinación que una determinada obra causa en sus espectadores… y que lo encuentra en el producto de pensadores, que quienes conciben la película toman como referencia.
Respecto de otro tipo de interpretaciones, cabría recurrir a la frase de Morfeo a Neo (otra vez Matrix): “Bienvenido al desierto de lo real”.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Demonios con el catedrático de Salamanca ¡ Qué bien se expresa!. Pero el terreno es res-baladizo.Según se mire Matrix es la descripción de una paranoia ( la paranoia de lo real) o una aventura sicótica (la de un cristo resucitando). La imagen más lograda que recuerdo es la del momento en que lo desenchufan, ahí lo sicoide era de libro.

La Medicina de Tongoy dijo...

Bolmangani,

llegué a la mitad de la entrada y me vas a permitir que me pare ahí. Me estoy enterando de más de lo que quiero enterarme. Le tengo demasiadas ganas a la película. Hasta el momento he logrado evitar comentarios y críticas y blogologías varias y quiero que siga siendo así hasta que vea.

Anónimo dijo...

Hola! Desde Argentina...
No sé por qué hay necesidad de analizar tanto la pélicula. Más allá que es sumamente interesante en cada uno de sus aspectos, no entiendo la necesitad de ciertas personas por encontrar un significado final a todo. La trama es más que clara (como así su final), y el hecho de que si Cobb logra emerger a la realidad o no ya no es importante, por lo menos para mí, porque su misión está completa, y eso para mí , es el gran hallazgo de está película. Los detalles son anecdóditos como la Incepcion en sí, pero para aquellos que podemos mirar más alla del articifio (la originación, o todo la película en sí), podemos disfrutar de una historia de amor y redención "sencillamente" hermosa.

José Luis Amores dijo...

Anónimo 1, José Luis Molinuevo tiene su propio blog, muy interesante: Blog de José Luis Molinuevo, en donde por cierto habla mal de Inception.

Carlos, sorry, no quería destriparte la película...

Anónimo 2, el análisis es mero producto de un disfrute mental posterior. Como cuando se recuerda un viaje u otra actividad que nos proporcionó placer estético, intelectual o de cualquier otra clase. De acuerdo contigo (lo digo en el post) con lo de la historia de amor: en mi opinión es lo que sublima la narración.

Anónimo dijo...

LA película es muy interesante. La forma en la que está narrada hace que entres en ella con los cinco sentidos y sin parpadear de principio a fin. Bueno, descartaria los largos minutos de la nieve se hacen eterrrrnos.
Aunque la peli me encantó, no comprendo muy bien a qué viene tanto análisis.
¿por qué?
Es un tema muy trillado no? es decir, ¿Por qué sorprende tanto? No quiero destripar ni nada pero es muy simple!!!!!! y con un final en mi opinión predecible. Minutos antes de llegar a él ya casi lo vamos imaginando. Porque al espectador, ya se sabe...le gusta ir por delante, le hace sentirse más listo que nadie, es/somos mas listo(s) que nadie.
Me encantó.
Hay un detalle que no había pillado y que después he encontrado en youtube. Supongo que ya lo habeis visto.
http://www.youtube.com/watch?v=UVkQ0C4qDvM
Genial la lucidez de un director al que se le ocurre estirar una melodia porque estamos dentro de un sueño GENIAL.
En fin, va a ser que sí...que detalles como éste hacen que se analice tanto y se de tantas vueltas a esta obra. Ok, me respondí a mi misma.
Por cierto, yo soy fan de "Vader"
Enhorabuena por el Blog:)
Un saludo.

José Luis Amores dijo...

Supongo que la sucesión de detalles o gags, además de por la inteligencia del autor, son fruto de la larga maduración de la idea. La capacidad de Nolan no estaría por tanto (no solamente) en saber llevarla a cabo, en ejecutarla, sino en no cansarse de ella, no desecharla, no terminar aborreciendo algo a lo que le ha estado dando vueltas durante más de una década sin llegar a expulsarlo de su mente, ya sea en forma de obra o producto, ya simplemente desenganchándose de ello por las buenas.

Somos, pues, fans de Vader. (Yo también tengo una camiseta con su careto.)

Gracias por el cumplido.

Saludos.

R. Fortis dijo...

Desde que vi el trailer de la pelicula me encanto.. estube esperando con ansias su estreno y pues.. no decepciono, una obra maestra.. jaja aunque este es el tipo de peliculas que tienes que verlo mas de una vez para entenderla bien.. (como Matrix) pero eso es lo que gusta.. que no es superficial y predecible.. Sino te mantiene en suspenso, no puedes distraerte y tienes que usar tu mente para irla entendiendo.. Yo la recomiendo.. pero eso si no debes tener prejuicios porque si los tienes no la disfrutaras asi como cualquier pelicula, si ya vas predispuesto entonces es mejor no verla..

luis omar dijo...

quee ? estoy completamente en desacuerdo, la pelicula es completamente increible, simplemente perfecta, la trama es buena y se entiende, hay que verla 2 veces para tenerla clara perfectamente, pero con la primera se entiende el 98% de la pelicula, es una de las pocas peliculas que realmente hacen honor al septimo arte !

Anónimo dijo...

Estoy impresionada acabo de hacer el mismo comentario de anónimo 2 hace pocos minutos en el foro de fanáticos de el origen en fb. Interesante tu análisis bolmangani encontrar esa comunión entre la filosofía y la cinematografía es algo que pocos pueden hacer, maravilloso encontrar personas con tanto en común (también fanática de matrix y vader)que nos hacen creer que no se estamos solos en una isla artística e intelectualmente desierta

José Luis Amores dijo...

Ernesto y Luis, decís como decía Schopenhauer de la música: hay que escucharla dos veces.

Anónima 3, en absoluto estás sola. Es verdad que hay que arañar, pero somos miles.

Anónimo dijo...

La película está mal dirigida, las escenas de acción son por momentos initeligibles y en general bastante trilladas. Ya le pasó a Nolan en es fraude llamado el Caballero Oscuro y en está aunque no de un modo tan flagrante, también. Poco ritmo y estéticamente nada que destacar salvo los fuegos de artificio de los efectos especiales.
La filosofía barata que destilaba la última de batman se traslada ahora a Lacan tuneado y lleno de disparos.

Aquella película nefasta llamada El sexto sentido sólo sirve para esperar a que te digan que el tipo está muerto, es decir, no es una película, es una anécdota. Que sea la película más conocida y en general mejor valorada de shyamalan, autor de obras interesantes como La joven del agua es preocupante. Lo mismo con Los otros de Amenabar, ese director de grandes carteles y poquísimo cine.
Quiero decir que como peli de acción sólo ofrece imágenes espectaculares como hacía Armageddon y poco más. Su tratamiento de los sueños me parece una tontuna, para ello me quedo con Papurika que además no es tan elocuentemente pretenciosa. Y no se acerca a muchas otras películas de las que bebe como Solaris o Bladerunner.
La interpetación que haces es una de tantas porque seguramente sea lo único que quiere Nolan: jugar con nosotros a Elija su propia aventura, más algunas interpretaciones que me huelen a errores de guión.
En mi pueblo sólo pasan filmes de perros voladores y de x-men, agradecí mucho el dinero que pagué por ver Inception e iré a ver la próxima que saque Nolan; eso sí, entretenida y poco más. Quién diga que es una obra maestra es porque ha visto muy poco cine bueno, que parecerá una fanfarronería esto pero es una verdad como un templo. He visto docenas y docenas de películas muchísimo mejores que ésta.

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