17 dic 2010

A Christmas Carol


El pasado miércoles asistí a una conferencia que los profesores Francisco Fernández Buey y Eloy Fernández Porta ofrecieron en el Aula Magna de la Facultad de Económicas de la Universidad de Málaga. Paco y Eloy son padre e hijo. El título de la jam era El amor en tiempos de crisis.

Yo dejé de estudiar en aquella facultad hace diecinueve años. Entre otras cosas porque me dieron el título y ya no había mucho más que hacer por aquellos pasillos. Pero nunca asistí a clases en ese aula de tan pomposo nombre y pésima acústica donde posiblemente quepan doscientas y aun trescientas personas. El pasado miércoles habría unas treinta y el Decano, que presentó a los ponentes, se cabreó bastante. Sólo puedo decir que el mail avisándome del acto me lo envió el propio Eloy, aunque Juan Francisco Ferré y yo ya habíamos quedado, una semana antes, en asistir.

La doble conferencia y el posterior debate fue magnífico, qué duda cabe. Pero fuimos muy pocos quienes pudimos valorarlo y sólo cabe concluir que el pensamiento importa una mierda en este país y que quienes se encargan de difundir los avisos de los actos tienen de comunicación la misma idea que yo del lenguaje de los delfines. Aunque, todo sea dicho, hay que reconocerles un entusiasmo encomiable.

Después tuvimos una breve cena y no hicimos fotos.

Hablaron de poesía, cine y novela. Hablamos de violencia y de revanchismo y venganza, conceptos diferentes entre sí, y de justicia. A Eloy le conté que estaba escribiendo un artículo-manifiesto que versionaba el famoso La sociedad industrial y su futuro de Theodore Kaczinsky, más conocido como Unabomber. Ese artículo-manifiesto debía ir inserto en medio de un texto de temática navideña que utilizaría a Mr. Scrooge como personaje pivote. Pero como me ha sucedido ya con otros dos temas anunciados en la sección Próximamente, el asunto se me ha ido de las manos y está creciendo hasta unas dimensiones que hacen inviable su publicación en este formato. Sigo escribiéndolos, pues, con el convencimiento de su interés y pertinencia, y ya buscaré la forma de hacéroslos llegar a quienes al menos tengáis la curiosidad de conocer los textos íntegros.

Os anticipo sin embargo las ideas fundamentales de dos de ellos. Uno, el anunciado Post-Idea, inc., traza las líneas generales para la construcción de un sistema de lectura on/off-line dedicado exclusivamente a literatura marginal. Es decir, a Literatura. He hecho partícipes de la idea a dos famosos escritores, ambos también críticos literarios, y he recibido un feed-back positivo y posturas que se diferencian en matices que, pienso, no son insalvables. También lo he hablado con un editor y con un periodista. Ambos han mostrado receptividad y deseo de participación si el asunto llegara a mayores, algo que desconozco en estos momentos. Como ellos sabrán reconocerse en estas menciones, les agradezco por esta vía los comentarios y el apoyo recibidos.

Otro texto es el comentado por encima con Fernández Porta. En él desgrano, utilizando un discurso basado en la ficción, mi visión del panorama actual de la difusión literaria y los vectores de escape que creo podrían asumirse para tratar de detener la hemorragia cultural que sufre nuestra sociedad en estos momentos. Releo lo ahí escrito y me da la impresión de estar ante un sampler del Fish de John Christensen, Stephen Lundin y Harry Paul, Padres e hijos de Ivan Turgueniev, Mason y Dixon de Thomas Pynchon y El desayuno de los campeones de Kurt Vonnegut. Lo que no hace más que motivarme a continuar y acabar lo emprendido.

Pero el motivo principal de esta entrada, y por eso la he titulado de la forma que aparece ahí arriba, es desearos unas todo lo felices fiestas que podáis conseguir y/o soportar. Y aprovecho para haceros dos recomendaciones rápidas que en dos o tres días os comentaré en extenso: 1) comprad para leer estas navidades Cut and roll, de Óscar Gual; 2) comprad para leer estas navidades Fabulosos monos marinos, de Óscar Gual.

12 comentarios:

La Medicina de Tongoy dijo...

Felices fiestas también para ti de mi parte y de parte de mi maltrecha economía, que se ahoga con tanta recomendación. Habrá que tirar de Reyes Magos.

Respecto a esos textos infinitos, ¿no era Filloy el que editaba sus propias novelas para regalárselas a sus amigos? Y míralo ahora: inmortal.

Lo dicho: Felices Fiestas

Anónimo dijo...

Espero tenga usted también unas felices fiestas, Jose Luis. Le pido me anote desde ya como uno de los interesados en conocer los textos íntegros,

Un saludo.

Alberto.

José Luis Amores dijo...

Gracias, Carlos y Alberto. Os apunto para la difusión.

Un saludo a ambos.

Anónimo dijo...

No fastidies, así que Eloy es hijo de Fernandez Buey. Allá por el 78, yo tenía quince años y era de la Liga, un militante cualificado de PC, los que no estaban cualificados eran auténticos marmolillos, así nos fue, me dejó un número de la revista Materiales, para que me enterara del concepto de hegemonía de Gramsci, allí los conocí a los dos, Fernández era el autor del artículo. Haría falta un Flaubert para que nos escribiera las ilusiones perdidas en los pastos de la Moncloa. Añoralgias, como dicen Les Luthiers, de un tiempo en que teníamos tantas ilusiones como pelo en la cabeza.

José Luis Amores dijo...

Hum, gracias por comentar, re-bienvenido.

La Medicina de Tongoy dijo...

Hay anecdotarios que son el complemento perfecto para ciertas entradas. Para muestra un botón.

Mercè dijo...

Jordi Bonells y sus novelas, ¿las conoces? Es una lata no poder leer ninguna crítica inteligente (bueno: ni siquiera una crítica tonta, ni una reseña sin más) de su última novela, "La Anunciación". Todo lo que leo de Bonells es estupendo... y de circulación marginal. ¿Alguien por aquí lo lee? Lo recomiendo para estas fiestas (y otras).

José Luis Amores dijo...

Conozco al escritor, pero no he leído ninguna novela suya.

Hace diez días estuve hablando con un conocido escritor sobre asuntos colaterales a la literatura, como la visibilidad de una obra e incluso de un escritor. Una de las editoriales que me señalaba como problemática desde el punto de vista de la imaginería lectora era Alianza: clásicos, centroeuropeos, premio Unicaja, ya está. Parecía incluso mejor publicar en editoriales pequeñas. Es posible que esta imagen impura influya más de lo que creemos. No obstante, se trata de una opinión muy aventurada, basada en una conversación informal.

Gracías por la recomendación.

Mercè dijo...

"Dar la espalda", "Esperando a Beckett", escritas en castellano (como "La Anunciación"), o las traducidas del francés "Dios no sale en la foto", "La segunda desaparición de Majorana", ninguna defrauda. Antes de Alianza estuvo en Funambulista. Bonells es un raro y muy bueno. Jugoso, jocoso, obsesivo y de una fluidez asombrosa.

José Luis Amores dijo...

Tomo nota, Mercé, y busco alguna de las que nombras. Gracias de nuevo por las recomendaciones.

Anónimo dijo...

Querido José Luis, siempre tan sugerente... Tenía en mente ir, pero me coincidía con clases en Derecho, maldita sea...
Espero poder asistir a futuros eventos interesantes, un abrazo,
Antonio J. Quesada

José Luis Amores dijo...

Un abrazo, Antonio.

Publicar un comentario

Thomas Pynchon

El maestro

David Foster Wallace

Un discípulo aventajado

Entrevista en origen

A modo de evangelio


Hermano Cerdo


Sigueleyendo


Revista de Letras


Jot Down Cultural Magazine

Suomenlinna

Javier Calvo

Correspondencias

Hugo Abbati

Las teorías salvajes

Pola Oloixarac